viernes, febrero 09, 2007

Lo voy a dejar con mi novia. Y me va a costar, ¿eh?, porque esinteligente, cariñosa, divertida... Pero es que tiene un defecto que no puedo soportar: está buenísima.Con ella me pasa como con los relojes. Yo prefiero tener uno depropaganda del All Bran de Kellogs que un Rolex de oro. Sí, porque conel de All Bran la gente puede pensar que voy estreñido, pero es que conel Rolex voy cagao. Estoy todo el día: "¿Y si me lo roban? ¿Y si me lojoden?". Pues lo mismo me pasa con mi novia: ¿Y si me la roban...? ¿Y sime la joden? Todo empezó una noche que estaba en la discoteca. De repente la vi ypensé: "¡Joder, parece mentira que esta chica y yo seamos de la mismaespecie! ¡Pero si a su lado yo parezco la rana Gustavo!". Y la tía me mira y me guiña un ojo. Que yo pensé: "¡Qué pena, con lobuena que está y que tenga un tic!". Pero no, se me acercó con los ojosbien abiertos y me dijo:- Hola, ¿estás solo?Y yo: - Hombre... solo, solo, lo que se dice solo... sí.- ¿Nos tomamos algo en la terraza? Y ahí me dije: "Ah, bueno... Ya lo entiendo... ahora saldremos a laterraza, habrá una cámara oculta, y de detrás de un ficus, saldrá Juan yMedio... "Inocente, inocente..." y me la cambiarán por Javivi". Pero no.Nos pusimos a hablar, nos caímos bien y cuando nos despedimos me dice:- ¿Entonces me llamas mañana y vamos a tomar un café?- Vale... Un café te lo tomarás tú, porque yo me voy a tomar un Valium. Al día siguiente, cuando me levanté y me miré al espejo, me preguntaba:"¿Qué habrá visto en mí que yo no veo? A lo mejor soy un intelectual, yno me he enterado. A lo mejor soy hijo de Julio Iglesias... ¿Intentarácobrarme?". La cuestión es que nos hicimos novios. Al principio flipaba: "Con dos cojones, Pablito... Si tú de cercaganas mucho, lo que pasa es que nunca se te habían acercado...". Pero enseguida te das cuenta de que la cosa no es tan bonita: Deentrada, tus amigos de siempre se convierten en "amigos-pívot". Sí, sí,"amigos-pívot": están esperando un fallo tuyo para coger el rebote... yencestar ellos. También te das cuenta de que no puedes salir a la calle con ella.Porque pasas por una obra, y es como si hubieran apretado un botón:- ¡Qué pasa, Blancanieves! ¿Dónde has dejado al resto de los enanitos quesólo vas con uno? ¡Mucho conejo pa tan poca zanahoria! Y aquí ya no aguantas más, se te sube la sangre a la cabeza, se tehincha la vena y... te pones a llorar. Claro, ¿qué vas a hacer?¿Encararte con quince tíos que están hartos de tirar tabiques? Porquetampoco puedes razonar con ellos: Hagan el favor, que esta mujer tienepareja y a lo mejor anda por aquí cerca... Es que no puedo ni ir a la playa con ella. Porque cuando vamospaseando por la orilla, agarrados de la cintura... ¡parezco su flotadorde patito! Pero lo peor es cuando salimos de marcha. Es agotador, porque se tira toda la noche bailando y claro, tú conella. No vas a dejarla allí sola, porque están todos los tíos alrededor:"Grruaaaa, gruuuuua...". Así que sigues bailando. Y, de pronto, empiezana entrarte unas ganas terribles de mear. Y piensas: "¿A esta tía no sele acaban nunca las pilas?". Pero nada, es como el conejito de Duracell:dura y dura y dura... Y te tienes que aguantar, porque miras al resto de los tíos y... duray dura y dura... Porque cuando mi novia entra en una discoteca, es comocuando el Rey entra en el Congreso: todos los miembros se ponen firmes.Por todo esto yo me pregunto: ¿me compensa realmente salir con esta chica? Y ustedes dirán: "Hombre... está... el sexo...". Pues tampoco. Sepan ustedes que salir con una tía buena arruina tuvida sexual. Porque yo, antes de conocerla, aguantaba los diez minutos de rigor enla postura del misionero. Pero ahora, en cuanto ella se quita elsujetador, ni misionero ni leches, a mí sólo me da tiempo a decir "amén". Y por todo esto estaba a punto de dejarlo. Pero, pensándolo bien, estan inteligente, tan cariñosa, tan divertida... Vale, está muy buena...Pero oye, un defecto lo tiene cualquiera.